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Aunque verdad es que Nuestro Señor acerca de muchas cosas infunde hábitos a muchas
almas, aunque nunca tan generales como el de Salomón, tal como aquellas diferencias de
dones que cuenta san Pablo (1 Cor. 12, 8n10) que reparte Dios, entre los cuales pone
sabiduría, ciencia, fe, profecía, discreción o conocimiento de espíritus, inteligencia de
lenguas, declaración de las palabras, etc. Todas las cuales noticias son hábitos infusos, que
gratis los da (Dios) a quien quiere, ahora natural, ahora sobrenaturalmente; naturalmente,
así como a Balam y otros profetas idólatras y muchas sibilas a quien dio espíritu de profecía;
y sobrenaturalmente, como a los santos Profetas y Apóstoles y otros santos.
13. Pero, allende de estos hábitos o gracias "gratis data", lo que decimos es que las
personas perfectas o las que ya van aprovechando en perfección, muy ordinariamente
suelen tener ilustración y noticia de las cosas presentes o ausentes; lo cual conocen por el
espíritu que tienen ya ilustrado y purgado. Acerca de lo cual podemos entender aquella
autoridad de los Proverbios (27, 19), es a saber: Quomodo in aquis resplendent vultus
prospicientium, sic corda hominum manifesta sunt prudentibus: De la manera que en las
aguas parecen los rostros de los que en ellas se miran, así los corazones de los hombres
son manifiestos a los prudentes; que se entiende de aquellos que tienen ya sabiduría de
santos, de lo cual dice la sagrada Escritura que es prudencia (Pv. 9, 10). Y a este modo,
también estos espíritus conocen a veces en las demás cosas, aunque no siempre que ellos
quieren, que eso es sólo de los que tienen el hábito, y aun ésos no tampoco siempre en
todo, porque es como Dios quiere acudirles.
14. Pero es de saber que estos que tienen el espíritu purgado con mucha facilidad
naturalmente pueden conocer, y unos más que otros, lo que hay en el corazón o espíritu
interior, y las inclinaciones y talentos de las personas; y esto por indicios exteriores, aunque
sean muy pequeños, como por palabras, movimientos y otras muestras. Porque, así como
el demonio puede esto, porque es espíritu, así también lo puede el espiritual, según el dicho
del Apóstol (1 Cor. 2, 15) que dice: Spiritualis autem iudicat omnia: El espiritual todas las
cosas juzga. Y otra vez (1 Cor. 2, 10) dice: Spiritus enim omnia scrutatur, etiam profunda Dei:
El espíritu todas las cosas penetra, hasta las cosas profundas de Dios. De donde, aunque
naturalmente no pueden los espirituales conocer los pensamientos o lo que hay en el
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interior, por ilustración sobrenatural o por indicios bien lo pueden entender. Y aunque en el
conocimiento por indicios muchas veces se pueden engañar, las más veces aciertan. Mas
ni de lo uno ni de lo otro hay que fiarse, porque el demonio se entremete aquí grandemente
y con mucha sutileza, como luego diremos; y así siempre se han de renunciar las tales
inteligencias (y noticias).
15. Y de que también de los hechos y casos de los hombres puedan tener los espirituales
noticia aunque estén ausentes, tenemos testimonio y ejemplo en el cuarto de los Reyes (5,
26), donde, queriendo Giezi, siervo de nuestro Padre Eliseo, encubrirle el dinero que había
recibido de Naamán Siro, dijo Eliseo: Nonne cor meum in praesenti erat, quando reversus
est homo de curru suo in ocursum tui?: )Por ventura mi corazón no estaba presente cuando
Naamán revolvió de su carro y te salió al encuentro? Lo cual acaeció espiritualmente,
viéndolo con (el) espíritu como si pasase en presencia. Y lo mismo se prueba en el mismo
libro (4 Re. 6, 11n12), donde se lee también del mismo Eliseo que, sabiendo todo lo que el
rey de Siria trataba con sus príncipes en su secreto, lo decía al rey de Israel, y así no tenían
efecto sus consejos, tanto, que viendo el rey de Siria que todo se sabía, dijo a su gente: )Por
qué no me decís quién de vosotros me es traidor acerca del rey de Israel? Y entonces díjole
uno de sus siervos: Nequaquam, domine mi rex, sed Eliseus propheta, qui est in Israel
indicat regi Israel omnia verba quaecumque locutus fueris in conclavi tuo: No es así, señor
mío, rey, sino que Eliseo profeta, que está en Israel, manifiesta al rey (de Israel) todas las
palabras que en tu secreto hablas. [ Pobierz całość w formacie PDF ]

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