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sucederá dentro de cincuenta años?
Pensad que grandes maestros de verdadera clase superior como Alekhine y Bogoljuboff,
hombres jóvenes, conocen cuanta variante existe en el desarrollo de una apertura que haya
sido usada con frecuencia por los otros maestros; que Alekhine, por ejemplo que solo tiene
33 años conoce cuanta partida ha sido jugada en un torneo o match cualquiera en los
últimos veinticinco años, que la analogía en el desenvolvimiento técnico de la mayor parte
de las aperturas es tal que aun cuando se invierta el orden de las jugadas o se haga algo
nuevo o desconocido, es relativamente fácil encontrar la respuesta justa. Pensad todo esto,
aun sin contar otros aspectos más por el estilo, que serían de difícil explicación y harían
este trabajo demasiado largo, y llegareis a la conclusión de que hay que pensar muy
seriamente en lo tocante a las tablas, si no se quiere llegar al momento en que haya varios
jugadores del todo invencibles.
En realidad hoy existe un ajedrez aparte, por así decir, que solo comprenden los más
selectos de los grandes maestros y del que muy a menudo forma parte de una técnica
altamente desarrollada que ya hoy amenaza con igualar el talento al genio y que de llegar a
conseguirlo haría del ajedrez algo parecido a lo que es hoy el juego de damas. Pese, pues, a
la vieja historia ajedrecista y a los miles de volúmenes escritos sobre ajedrez en un tablero
de 64 casillas, es necesario evitar lo que sin duda sería un desastre. Para evitar que por
algunos siglos al menos la técnica pueda de nuevo convertirse en factor tan dominante, he
sugerido ampliar el campo de operaciones. Haciéndolo mayor, las combinaciones serían
mayores y por consiguiente más difíciles e interesantes. La parte artística tendría mayor
campo, sin cambiar para nada los principios estratégicos fundamentales. Para cambiar solo
aquello que sea necesario he sugerido que en lugar de 64 casillas, hayan cien, esto es, un
tablero de 10 x 10 en lugar de uno de 8 x 8. Habrá por consiguiente dos peones más, y
también dos piezas grandes más, atrás. Para completar la clase de movimientos, una de las
piezas tendrá el movimiento combinado de alfil y caballo y la otra de torre y caballo. Una
se colocará del lado de la dama y la otra del lado del Rey. Los peones, en lugar de tener
opción de marchar uno o dos pasos podrán marchar uno, dos o tres pasos.
Las demás reglas podrían ser las mismas.
No es necesario ser vidente para fijarse claramente en la imaginación una vista panorámica
de lo que sería el nuevo ajedrez. Si hoy día hay a veces posiciones tan ampliadas que el
maestro se ve apurado por resolverlas, que no sucedería en un campo de acción casi el
doble del actual y con elementos de gran calibre no existentes hoy día?
Lo que el aficionado generalmente aprecia con mayor facilidad en una partida de ajedrez
son las pequeñas combinaciones llamadas brillantes. Y digo pequeñas, porque cuando las
combinaciones son de mayor cuantía el aficionado por lo general no las comprende.
Respecto a los grandes maestros, éstos a su vez, se deleitan por lo general con las
combinaciones de mayor cuantía. Hoy día, con los elementos actuales y con una técnica
altamente desarrollada las combinaciones de mayor cuantía son rarísimas y las
oportunidades para llevarlas a cabo difícilmente se presentan. Con las innovaciones
expuestas, tanto el aficionado como el maestro podrían a menudo deleitarse con el tipo de
combinaciones al alcance de cada uno de ellos
Para no prolongar esta disertación y al mismo tiempo indicar algo que podría suceder en la
práctica, basta decir que una de las nuevas piezas, la que tendría el movimiento combinado
de alfil y caballo, podría por si sola vencer al rey contrario, cosa imposible hoy día.
Habría dos clases de ajedrez: uno el actual y otro más avanzado, solo para los maestros,
pero que sería comprendido por todos aquellos conocedores del ajedrez actual. [ Pobierz caÅ‚ość w formacie PDF ]

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