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est arreglado.
 Escuchan la transmisión el secretario general y el Jefe de Estado Mayor?
 Creo que s, seor. Estamos conectados con sus despachos respectivos.
 Muy bien.
Kiku escuchó el discurso del secretario general. Era breve, pero fue pronunciado con
gran dignidad, y el actor hizo las oportunas pausas para que Ftaeml pudiese irlo
traduciendo. El secretario general daba la bienvenida a los hroshii a la Tierra,
asegurndoles que los pueblos de la Federación estaban muy contentos de que los
hroshii hubiesen conseguido encontrar al fin a su vstago perdido, aadiendo que este
feliz acontecimiento dara ocasión a que los hroshii ocupasen el lugar que les
corresponda en la Comunidad de Civilizaciones.
Sentndose, se quedó al poco tiempo prcticamente dormido, con los ojos abiertos y el
rostro convertido en una mscara de tranquila dignidad. El doble poda sostener aquella
pose de emperador romano durante horas enteras, sin que ni siquiera se diese) cuenta
del desfile o ceremonia a los que estaba asistiendo.
MacClure habló brevemente, abundando en los puntos de vista! del secretario general
y aadiendo que la Federación estaba preparada para discutir cualquier cuestión que
pudiese plantearse entre la Federación y los nobles hroshii.
Greenberg se inclinó hacia Kiku y le susurró:
 Aplaudimos, jefe? Alguien tiene que empezar, y no creo que sean ellos quienes lo
hagan.
 Cllese  le dijo Kiku amigablemente . Doctor Ftaeml, no tiene que pronunciar
ningn discurso de salutación el comandante?
 Creo que no.  Ftaeml se dirigió al jefe de la delegación hroshii, y luego dijo : La
respuesta consiste en un comentario hecho con mucha seriedad a los dos discursos que
hemos escuchado, antes que en una respuesta protocolaria. Afirma que los hroshii no
tienen necesidad de relacionarse con otras... razas inferiores y dice que vayamos al grano
sin ms trivialidades.
 Si es cierto que no tienen necesidad de relacionarse con otros pueblos, pregntele,
por favor, por qu vinieron a nosotros y por qu nos trajeron presentes.
 Pero fue usted quien insistió en ello, amigo mo  respondió Ftaeml con sorpresa.
 Gracias, doctor, pero no quiero or su comentario. Haga que me responda. Por favor,
no le diga ms ni le aconseje.
 Lo intentar.  Ftaeml cambió algunas frases que parecan agudos chillidos con el
comandante hroshii, y luego se volvió de nuevo hacia Kiku : Perdóneme, pero l dice
que accedió a su chiquillada como el medio ms sencillo de realizar su propósito. Desea
que hablemos ahora de la entrega de John Thomas Stuart.
 Dgale, por favor, que este asunto viene ms adelante en el orden del da. La agenda
requiere que primero resolvamos la cuestión de las relaciones diplomticas.
 Perdóneme, seor. Relaciones diplomticas es un concepto muy difcil de traducir.
Hace das que lo estoy intentando.
 Dgale que lo que ahora ve es un ejemplo de relaciones diplomticas. Pueblos libres
negociando como iguales, animados de pacficas intenciones, para su mutuo beneficio.
El rargiliano simuló una sonrisa.
 Cada uno de esos conceptos ofrece las mismas dificultades. Sin embargo, lo
intentar.
Al poco tiempo respondió:
 El mariscal hereditario dice que si lo que hacemos constituyen relaciones
diplomticas, que ya las tenemos. Dónde est el chico Stuart?
 No tan de prisa. Hay que seguir la agenda punto por punto. Tienen que aceptar una
embajada y una misión mixta con finalidades cientficas, culturales y comerciales. Tienen
que dejar entre nosotros una misión y una embajada similares. Hay que establecer viajes
regulares entre las dos potencias. Hasta que esto no haya sido resuelto
satisfactoriamente, es imposible hablar del joven Stuart.
 Lo intentar de nuevo.
Ftaeml habló extensamente dirigindose al jefe hroshiu, la respuesta de este ltimo
fue breve:
 Me ha dicho que les diga que rechaza de plano todos esos puntos, como no dignos
de consideración. Dónde est el chico Stuart?
 En ese caso  respondió suavemente Kiku dgales que nosotros no negociamos
con brbaros. Dgales que recojan los cachivaches..., asegrese de traducir bien, con que
han ensuciado nuestra casa, y que se vuelvan inmediatamente a su nave. Que suban
entonces a su preciosa hroshia a bordo, por la fuerza si es necesario, si es que quieren
volver a verla..., pues no se les permitir aterrizar nunca ms.
Ftaeml pareca a punto de estallar en llanto, a pesar de que le era imposible verter
lgrimas.
 Por favor! Le suplico que no los desafe. Voy ms all de lo que me est permitido,
me excedo en el cumplimiento de mis deberes profesionales, pero pueden destruir esta
ciudad sin necesidad de volver a su nave.
 Traduzca mi mensaje. La conferencia ha terminado.
Henry Kiku se levantó, midió a sus oponentes con la mirada y se dirigió al saloncito
adjunto, seguido por el doble. MacClure tomó a Kiku por el brazo y se colocó junto a l.
 Henry..., ya s que eres t quien lleva esto, pero, no deberas decirles otra cosa?
Son bestias salvajes. Quiz...
 Seor MacClure  dijo amablemente Kiku , como dijo una vez un distinguido
predecesor mo, al tratar con ciertos tipos hay que pisar fuerte hasta que terminen
presentndonos sus excusas.
Empujó al ministro hacia la puerta.
 Pero y si no lo hacen?
 Hay que correr ese riesgo. Por favor..., no discutamos en su presencia.
Entraron en el saloncito; la puerta se cerró tras ellos. Greenberg se volvió hacia Kiku.
 Muy bien, jefe..., pero, qu hacemos ahora?
 Esperar.
 De acuerdo.
Greenberg se dirigió nerviosamente a un rel de pared, conectado con la escena que [ Pobierz całość w formacie PDF ]

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